jueves, 26 de agosto de 2010

¿CÓMO ES TU CORAZÓN?

Un día, un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas, ni rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo lugar. De pronto, un anciano se acercó y le dijo:

- “¿Por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?”

Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos, y estos habían sido reemplazados por otros que no correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.
La mirada de la gente se sobrecogió, ¿cómo puede decir que su corazón es más hermoso? pensaron. El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado se echó a reír:

- “¿Debes estar bromeando?” dijo, “¿comparar tu corazón con el mío? el mío es perfecto, en cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.”

- “Es cierto”, dijo el anciano. “Tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo. Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual yo entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos, a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes, por los cuales me alegro, porque me recuerdan el amor que hemos compartido.

Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio, de ahí quedaron los huecos. Dar amor es arriesgado, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan en mí la esperanza, que algún día regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?”

El joven permaneció en silencio, y le empezaron a correr lágrimas por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez, arrancó un trozo del suyo, ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior

L@S AMIG@S

El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que él aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.

Descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta... Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta y le dijo: "Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves. Tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Los amig©s son en verdad una joya rara. Ellos te hacen reír y te animan a que tengas éxito. Ellos te prestan todo, comparten palabras de elogio y siempre quieren abrirnos sus corazones."

Muestra a tus amig©s cuanto te importan y por favor perdóname si alguna vez deje una cicatriz en tu puerta y gracias por ser mi amig©...

TU ERES MI AMIG© Y PARA MI ES UN HONOR.

SI SUPIERAS

Si supieras como sufro
al tenerte como amigo
que amo tu amistad,
pero más a tu cariño.

Si supieras cuantas veces
al tenerte a mi lado,
siento ganas de besarte
y decirte que te amo.

Es tan grande esta pena
de no tener tu amor,
pero me conformo con ser tu amiga
aunque me muera de dolor.

Fuente: El Castillo de Lord

¡¡¡NO LE DEJES IR!!!

Gracias por encontrarme.
Desde el primer día que te conocí, iluminas cada minuto de mi vida con una sonrisa.
No importa la distancia que nos separa, ni el tiempo que pase hasta que estés a mi lado…
Sé que eres la persona que estuve buscando…

TE AMO

NO TE QUIERO SINO PORQUE TE QUIERO

No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.

Te quiero sólo porque a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Por Pablo Neruda



EL ENTERRADOR

Carlos de 80 años se levantaba un nuevo día con gran agilidad, el hombre apenas tenía unas débiles arrugas y seguía con un pelo frondoso y rizado.
Sus 1’80 acompañados de un cuerpo musculado y un rostro muy moreno como de bronceado de playa con sus expresivos ojos negros, le hacía no parecer más que la cincuentena manteniendo un tono atlético y ciertamente atractivo
En la ciudad todos se maravillaban y algunos ciertamente le temían pues aseguraban que su aspecto no podía ser real, miles de leyendas urbanas caían sobre este enigmático personaje.
Carlos se lavaba con parsimonia, sabía que otro día pasaría de la forma más rutinaria, volver a enterrar a los muertos, mantener el cementerio limpio, mientras que las horas entre la penumbra pasaban sin descanso.
Del enterrador apenas se conocía nada tan solo su trabajo y su sobrehumano aspecto físico.
Hombre silencioso apenas se movía del cuarto donde vivía en el propio cementerio, allí pasaba sus horas libres escribiendo poesía sobre los muertos.

- “Carlos sal un momento.”

Ese que grita su nombre es el jefe del lugar, un hombre regordete de mediana edad.
Carlos saliendo al exterior saluda.

- “Hola Manolo.”

- “Hola Carlos te presento a Juan es un joven que estará unos meses contigo, creo que te vendrá bien un ayudante.”
El enterrador clava su negra mirada en el joven de poco más de la veintena que tiene delante, un joven alto pero delgado de pelo rubio y aspecto aniñado, por supuesto se le ve el típico estudiante que no está preparado para ese trabajo.

- “La verdad es que no necesito ningún ayudante, me las apaño bien solo.”

- “Eso ya lo sabemos, pero nos preocupa que siempre estés solo, necesitas compañía y el necesita aprender el oficio, os dejo solos y espero que os vaya todo bien.”

NUNCA DIGAS

Nunca digas todo lo que sabes,
nunca hagas todo lo que puedes,
nunca creas todo lo que oyes,
nunca gastes todo lo que tienes,
nunca juzgues todo lo que ves...

Porque quien dice todo lo que sabe,
hace todo lo que puede,
cree todo lo que oye,
gasta todo lo que tiene,
y juzga todo lo que ve...

Un día dirá lo que no conviene,
hará lo que no debe,
creerá lo que no es,
gastará lo que no puede,
y juzgará lo que no es...

CUENTA UNA HISTORIA...

Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto.
En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro.
Lastimado, pero sin decir nada, escribió en la arena: "MI MEJOR AMIGO ME DIO HOY UNA BOFETADA."
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, dónde decidieron bañarse, el amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salvó.
Después de recuperarse, escribió en una piedra: "MI MEJOR AMIGO HOY SALVO MI VIDA."
El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo preguntó: "Cuando te lastimé escribiste en la arena y ahora lo haces en una piedra. ¿Por qué?"
El otro amigo le respondió: "Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en la arena dónde los vientos del perdón puedan borrarlo. Pero cuando alguien hace algo bueno por nosotros, debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo."

"APRENDE A ESCRIBIR TUS HERIDAS EN LA ARENA Y GRABAR EN PIEDRA TUS VENTURAS"

Dicen que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla.

"ESTE DÍA HE SIDO HONRADO CON LA AMISTAD DE MUCHA GENTE MARAVILLOSA ENTRE ELLAS TÚ. CONSIDERA ESTO GRABADO EN PIEDRA."


CUANDO ERAMOS AMANTES

Cuando éramos amantes...
Cuando el sudor de tu cuerpo era agua bendita...
Cuando acudía tu boca a mi aliento y mi aliento a tu nuca...
Cuando calabas como la lluvia de mi piel a mis huesos...
Cuando desabrochaba el jubón y engrasaba con besos tu armadura...
Cuando el miedo andaba de puntillas por la cocina… y cuando te abordaba el deseo.
La mentira salía de tus labios y tú te la creías mientras yo...la masticaba en tu boca.
Déjame… le susurrabas a mi cuello y la distancia se hacía cercanía… y la cercanía ventaja… y la ventaja una tregua… y la pasión droga y la droga de mi piel se hacía adicción.
Vete… le decía mi boca a tus hombros... y no te ibas...
Cuando éramos amantes...

By: locura.

¿QUÉ HARÁS?. ¿QUÉ HARÉ, ¿QUÉ HAREMOS?

¿Qué harás?
Si un día amaneces extrañándome tanto,
si sientes que tu cuerpo busca con ansias el mío,
si tus labios desean un beso en la mañana,
de esta boca que seguro,
está deseando lo mismo.

¿Qué haré?
Si en mis noches no puedo dormir sin ti,
si siento que tu piel me es muy necesaria,
si la ansiedad me desborda el corazón,
y quiero tenerte a mi lado
sin importarme nada.

¿Qué haremos?
Si el amor nos inunda y nos aturde,
si no podemos negarnos,
a los impulsos del deseo,
si sentimos que ya no es posible la distancia,
pues se buscan nuestras almas.

¿Qué harás? ¿Qué haré? ¿Qué haremos?

SI LLAMAS...

Si llamas a mi puerta,
ven con la voz baja,
con susurros al oído,
y mirándome a la cara.

Si pretendes mi cariño,
no alardees de grandezas,
enséñame tus manos vacías,
y tu mirada sincera.

Si deseas toda mi dulzura,
debes hilar con mimo,
pues la rueca de la mentira,
romperá seguro el hilo.

Si quieres entrar en mi alma,
debes tener magia en los dedos,
saber andar sobre nubes
y correr bajo aguaceros.